sábado, 17 de diciembre de 2011

Mely Almada - Texto preventivo para el control de impulsos inconscientes en mujeres adultas mayores


¡Qué fiaca en esta tarde de lluvia! Me voy a empachar de T.V! Y a la noche, ah, no me quiero perder a Tinelli. “Bailando por un sueño”, me atrapa. ¡Con todos los sueños que tengo! (aunque algunos se logran cumplir con la mente)... Me divierte Marcelo, con ese aspecto culturoso, todo el mundo lo comenta. Me encantaría tener el atrevimiento de esas chicas… Y el físico también, total los kilos de más pueden desaparecer. Ser audaz me vendría bien, soy tan reprimida. Salir de mi cueva al mundo.
Ay, ojala hubiese un certamen así, para mayores de cincuenta y cambiar esta rutina doméstica. Uh, pero falta mucho para el programa. Mejor pongo mientras tanto Crónica TV. Ese noticiero relaja, es un buen sustituto de la caminata y el Tachi al aire libre.
-¿Eh?, ¿qué dice la periodista? ¿Que aún no encuentran al violador serial? ¿Que opera en el área del parque desde hace varios días? ¿qué? ¿Que las amenaza con la pistola? (¿dónde la tendrá escondida?). Y lleva a sus víctimas a zonas bien oscuras… y muy cerca de casa ¡qué terrible!, ¿Que no hay que andar sola por el parque?. ¡Ah, no! ¿Y cuándo hago mi caminata diaria?... ¿Y ese identikit? No, no recuerdo haberlo visto. ¿Habrá pasado a mi lado? ¿Y si le gusté, si me siguió, si algo le impidió abordarme? ¿Sabrá donde vivo?. Ah, por Dios, ¡qué me hará!. Y estos que muestran sólo su cara. No…no lo recuerdo, con tantos hombres que miro…¿cómo será? ¿Libidinoso, agresivo, alto, musculoso, posesivo, velludo?. La adrenalina me invade, como si el encuentro se produjera y yo, tan débil, tan indefensa. Ufa, justo ahora el teléfono, justo cuando están explicando lo que les hace. ¿Qué dice? Ah, joven, claro, debe ser de los que buscan mujeres mayores. De nuevo el teléfono, ya va, ya va.
- Hola, ¿si?. Hola sobrino, sí, sí, estoy viendo lo del violador serial… ¿Por eso llamas?. Gracias por cuidarme. Ah, no hablas para eso, al contrario decís?... ¿Que no tenga miedo, que no deje de hacer mis caminatas, que no me quede encerrada en casa? ¡Que no hay peligro para mi! ¡Quéee! ¡Sólo a menores de 25! ¡Qué pena!! No, no, digo qué pena por esas chicas a las que daña.
Ah, gracias sobrino por el llamado… quedate tranquilo, sí…sí, saldré a caminar como siempre y volveré tranquila, sana y salva, irremediablemente ilesa ¡como siempre!

1º Premio Stand up Noche de bandada

jueves, 1 de diciembre de 2011

El calefón - Ethel Cobo


En casa vive un calefón anciano

que sufre los achaques de la edad;

hace ya muchos años que la mano

de su dueño procura prolongar

su vida útil, pero en vano,

cada invierno se arruina más y más.

Desde junio hasta agosto, cada año,

varias veces lo tiene que arreglar,

más, como cada vez aumenta el daño

la terapia se debe agudizar,

y hoy, ¡agosto! He visto que un caño

con la sierra ha tenido que cortar.

No sé si hay un dios de calefones,

si lo hay, a ese dios pido perdón,

porque ruego que en otras estaciones,

se muera por fin el calefón,

que no aguante nuevas intervenciones,

ni sobreviva a esta amputación.

Por fin el calefón ha muerto,

su tiempo se acabó.

Sobrevivió a su dueño:

el que en vida tanto lo amó,

necesitó una nueva intervención,

pero al faltar la mano de aquel dueño,

vivir no le importó,

y cuando vino el técnico a verlo,

arreglo no encontró

y el calefón añorando tiempos viejos

la vida abandonó.