jueves, 20 de septiembre de 2012

Carina Sedevich



He decidido mirar por la ventana.
Todo cae mientras yo miro por la ventana.
Mientras me caliento el pecho con el sol.
Miro las telarañas entre las rejas
finas, tornasoladas.
Miro las volutas de hierro, sencillas
las que eligió Rodolfo.
He decidido mirar por la ventana
de esta casa enorme.
Acá iba a crecer un hijo nuestro.
Las piñas se amontonan en los árboles.
Acá íbamos a tener una pileta.
Y el color de las paredes iba a ser arena.
He decidido mirar por la ventana.
Inmóvil en la silla, como en un hospicio.
Ver los rosales plantados y olvidados
que crecieron sin darnos una flor.
Los yuyos del invierno, las agujas
que caen de los pinos, las gramillas.
El gris de los ladrillos que costaron tanto.
He decidido mirar por la ventana.
Repasar en silencio la alegría perdida
con esta ropa vieja de todos los inviernos.



Mi hijo es perezoso.
Se preocupa por banalidades
como yo.
Nos entendemos.
Me preocupa escribir con pretensiones,
nos preocupa cuando el gato no aparece.




El día más largo del año
coaguló a mediodía.
O tal vez se rompió la bolsa
del alivio.O tal vez
se rompió la bolsa del abismo.
Pero algo cuajó
y nos callamos.
Por fin.



Carina Sedevich, Nació en 1972 en la ciudad de Santa Fe y reside en Villa María (Córdoba). En 1998 publicó la plaqueta "Una nube decapitada y grave" - Editorial Radamanto y el libro "La violencia de los nombres" - Editorial Fe de ratas. El año 2000 publicò los libros "Nosotros no" y "Cosa dentro de otra cosa" - Ediciones Litote. Se desempeña como docente en la Universidad de Villa María.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Los miserables (otros) - Grupo Todos los nombres




SIESTA

Bajo el sol abrasador de la siesta de enero, la anciana boliviana
que vende ajos, limones y pimientos, aprovecha la sombra tupida
del fresno. El sueño la vence de a poco, cabecea y sus manos flotan
en bolsillos llenos de monedas. No importa el calor ella trabaja.
Pero ahora duerme y sueña, un “sueño” de limones…
“cuatro vidas por un peso, quiere algo más doncito?”

Victor García


EL HOMBRE REPETIDO

La vanidad los elige.
dioses de la tierra se cubren los ojos, simulan no ver.
Desde el aire, nubes negras y grisáceas cubren la pradera.
Sí, se tapan los ojos e insisten
inundan las aguas de putrefactos vicios
y los aires.
El aire puro se ha ido. El canto se ha ido.
Queda el repudio al semejante, la mentira, las palabras
groseras.
En la ciudad desierta todos se refugian
de sus propios abandonos.
Como otrora los incas, los mayas, los mapuches,
huyen de la ciudad sin agua
camino a una muerte segura
aquí y lejos.

Marta Comelli
 







ORACIÓN

Por dentro de los bancos
del templo
se escucha algo.

No es la homilía del hombre.

Es el Ojo de la madera
que todavía canta.

Alicia Álvarez



EL CASO ES EL SIGUIENTE
I
Millones de ojos
levitan atontados
frente a algún televisor.

El tiempo que pasa
rozando sus costillas
parece no preocuparles.

Todo nuestro Dios,
el amor y lo eterno,
nuestros miedos.

Todo lo que inventamos
nos lleva a reproducirnos.

Marco Marino


MANDATO II

Letanía de mi abuela
-La gente pobre
no estudia en la Universidad-

Apuntes ocultos
en una revista de historietas
fue mi estrategia.

“Los cabecitas negras
no llegan algo”

Estuve en el hotel cinco estrellas
como pez en el agua
con gente de plástico

Armiño que no se mancha
con el lodo de los ricos.

Cristina Gonzalez


SOY LA QUE ORDENA EL LÍMITE

Le dijo la madre al niño
y él se quedó mudo de lágrimas
soy la que prohíbe elegir el camino
le dijo la madre al niño

y él se tragó el dolor de todos los hombres.

Rocío Jiménez


A TERRE/A TIERRA

El desamparo tiene pies de niña
desnudos bajo la llovizna citadina
que se adhiere a la peatonal.

Las madres infinitas pasamos a su lado
como sombras, con la cabeza gacha.

Con la cabeza gacha, no dejamos de pasar.

Marcela Rosales




GULA

¡Fast food, fat food, fast food!
La escalera mecánica de comida
Pasa rápido.

Los hambrientos
Corren desconsolados
Entre los árboles de Alighieri.

Ailén Orellano


Poemas extraidos de la plaqueta "Los miserables (otros)" del Grupo de escritores Todos los nombres


lunes, 3 de septiembre de 2012

Julio Taborda Vocos - Sí



¡Si!
estamos de paso.

No me intimida
el no poseer...
tener
nada.

...¡pero saber!,
saber.

No somos
dueños del tiempo.
Si me apasiono
¡me siento vivo!

Vivo.
Sí.