sábado, 19 de octubre de 2013

Vanesa Zalazar, 2 poemas



Identity

Sabido es
que ella
avanza entre un collage de balbuceos.
Sabido es
que toma el sol despacio
en tazas verdes.
Sabido es
el trazo rojo y fuerte de la letra
recorrido dulce y frío
                                      de la lengua


la de ella.




F(ec)undaciones


Fecundo semas
y no óvulos
incubo nombres
y no niños
sangro mis hijos
sobre el escritorio
y entrego el útero
mío

a los partos de este verbo.




Vanesa Zalazar

Nació en Concordia, Entre Ríos en 1976.
Profesora de Lengua y Literatura por la Universidad de Río Cuarto.
Actriz.
Directora teatral.
Dramaturga.
Cuentista.
Poeta.
Publicó Menos mal que a Lilith (poemas con género) Altiplán ediciones
Gestiona el blog: www.dentadashisteriasyotraspestes.com

jueves, 17 de octubre de 2013

Ajedrez - Pablo del Corro






No es azar si te toca siempre el peón negro. Es una fatalidad, como el amor.
Por eso nunca moviste primero. Son las reglas de un juego que da ventajas
al más inteligente.
Cuando uno ataca, el otro se defiende. Cuando uno avanza, el otro, retrocede.
En cada descuido, una pérdida brutal.
La ingenuidad de tus Peones es lo que ha hecho que cayeran uno por uno.
Después los Alfiles. Y con ellos, tu confianza. La desesperación te lleva
a poner en juego los Caballos, sin medir las consecuencias. Es la vorágine
de la vida, en un campo de batalla. Se decide sobre la marcha.
Tu parte animal, diezmada. La integridad, en endechas. Has jurado defender
la Dama hasta las últimas consecuencias, jamás abandonarla. Antes, muerto.
Pero qué esperabas: tus filas abatidas; tu reino en llamas; la terquedad de
defender lo indefendible; el orgullo de elegir siempre morir de pie.
La decisión equivocada. Las sospechas. Ella se fue mucho antes de que
cedieran tus murallas. Huyó, como las ratas, entre las ratas de las cloacas
del palacio. Escapó a tiempo... Ahora estás cercado por los días. Un último
enroque te permitió sobrevivir protegido entre dos torres, en el único cubículo
posible. Una de ellas deja entrar el sol en las mañanas. Estás tramando algo
con lo poco que salvaste: papel y lápiz; y algunas palabras importantes.
Afuera, el enemigo ha montado una atalaya. En lo más alto, tu reloj.
Adentro, dos opciones: seguir escribiendo, y que revienten. O salirte del tablero.





martes, 1 de octubre de 2013

Plantábamos semillas - Paula Giglio


Plantábamos semillas en el patio de casa
esperar meses era esperar años
Nuestra primera cosecha fue un pimiento verde

Del otro lado de la pared no había pimientos
no crecían
Ninguna mano metida en la tierra
Un piso ajeno con zapatos de otros
El sol desteñido
frágil

Del otro lado de la pared estaban todos

Comíamos mandarinas en el patio
Nuestro sol, henchido de luz
Mientras una tiraba las semillas en la tierra,
la otra les echaba agua con su regadera de plástico

Entendí que al salir de casa
había que cerrar la puerta.







Paula Giglio, Córdoba 1988.
Lic en Filosofía, UNC

Editó Ella, naturaleza (Babel, 2012) al cual pertenece este poema.



Contacto: hayquesalvaralviento@gmail.com